Thursday, January 06, 2011

Teletón 2010.

Esta Teletón recién pasada, me hizo recordar un escrito que hice hace unos años.

Todos los años, más o menos en Octubre o Noviembre, nos proponemos, salir de viaje. Esta vez el destino era Coyhaique y Puerto Aysén, con los pasajes ya en la mano para un reconfortante trayecto aéreo, esperábamos que llegara la fecha. El motivo principal del viaje era que, Diego Rolando, -uno de mis pequeños- tenía un compromiso, una exposición en el congreso internacional de astronomía, a realizarse en la Undécima Región.

Pero todo se trunco, una soleada tarde de Octubre de 2004, cuando de la oficina -donde trabajo-, se decidió salir de excursión con motivo del “día del funcionario”, que se celebra en Octubre. Luego de recorrer un poco, y no encontrar un lugar de acuerdo al gusto colectivo –es algo difícil- regresamos al lugar de partida y nos dirigimos al gimnasio a practicar algún deporte. Nuestro trabajo, nos obliga a estar encerrados en oficinas sin mucho movimiento físico, por lo que, había que aprovechar bien la tarde.

A las 14:15 horas más o menos llegamos a la cancha, a comenzar las competencias. Después de unas cuantas horas, de practicar distintas disciplinas deportivas y ya al finalizar la tarde… en una acción voluntaria y con fuerza para tomar la pelota… sucedió algo impensado en mi hermosa vida. Un sonido seco aturdió mi oído. Me quedé atónita, inmovilizada y con un solo grito...dije lo que primero se me vino a la mente.

Cuesta imaginar y experimentar, cómo en milésimas de segundos te puede cambiar todo tan abruptamente, como, después de estar jugando en el gimnasio… pasar directo al hospital. Son cambios fuertes, claro está, que hay otros peores y que no están para contarlos... Pero para mí, esto fue uno de los momentos más pesados que me ha tocado vivir.

Una compañera, me grita: ¡toma Patty!… y en un movimiento hacia adelante para tomar la pelota… siento el tirón en la pierna izquierda, al tiempo un Toc seco en mi oído…quedé paralizada. Supe inmediatamente que se me había cortado el tendón de Aquiles…al momento grité … ¡¡ Tuve un corte!! …” pero aún así…. abrigue secretas esperanzas de un corte de carne. Era lo que quería creer. Inmediatamente me senté, toqué mi pierna por sobre el talón, y siento un espacio vacío en el que me cabía un dedo de costado. Al pararme quise dar un paso y no podía levantar el pie para caminar… lo tenía totalmente descolgado.

Esto, -para mí- venía a estropearlo todo. Recuerdo cuando le pregunté al Dr. …”Doctor... ¿y así podré viajar? …” creo que vió una cara de súplica tan grande… que me quedó mirando y dijo: …Tal vez, no sea el tendón…eso lo definirá el Profesional de Concepción” –estaba el Curanilahue-. El lo sabía claramente, porque cuando me hizo las pruebas… el pie no respondía a los estímulos.

Lo que sigue después, es –como decía- un cambio radical, quedé inhabilitada para un sinnúmero de quehaceres básicos, absolutamente necesarios en el diario vivir, como subir y bajar las escaleras, trasladar una taza de café…¿como se hace con un solo pie?, llevarte la bandeja a la cama, ir al baño, subir a un bus, o bajar. Cuando tenía que trasladar una bandeja la ponía en el suelo y la empujaba con las muletas hasta llegar al dormitorio. Estaba sola, toda mi gente se había ido a la Undécima región y yo me había quedado encerrada, por causa del famoso tendón de Aquiles.

Todo eso y muchas cosas mas, acarrea un accidente como ese. Luego viene la operación en la que se le hace una costura al tendón para unirlo nuevamente, de lo contrario no hay solución, El yeso que te acompaña un par de meses, junto a las inevitables muletas para pasar después a los bastones, no sin antes, tener el alma en un hilo por vivir la tortura de sentir encima de la pierna, una sierra eléctrica atravesando el yeso, ya sentía la sierra hasta la carne….!ufff … no me quiero ni acordar de eso¡.

Y así seguir con la rehabilitación hasta ecuperar la movilidad, -que se pierde totalmente-, y quedar como si nada hubiera pasado.

Esto me significó estar casi cinco meses con licencia médica. Recuerdo que siempre pensaba que ojala tuviera una licencia larga, pero claro que no de esa manera. Esto, me dejó una lección que ojala no se me olvide :

Que : “Cuando nos encontremos con personas con alguna discapacidad, -o capacidades diferentes como se dice ahora, lo que es mas real que la anterior- ponernos en su lugar, mirarlos y pensar un segundo en como se sentirán y ayudarles en lo posible, eso es muy importante. No estamos libres de que algo nos suceda, el día menos pensado- El respeto para nuestros semejantes es algo necesario y no olvidarnos que vamos a llegar a eso, me refiero a aquel anciano o, viejo como se dice a veces, que está parado esperando una mano amiga, dejar de lado el “no tengo tiempo” para dedicarles algunos segundos… tan solo eso.

Bueno y lo que lamenté entre tantas otras cosas, es que me perdí, conocer a los astrónomos norteamericanos Carolyn Schomakher y al autor de libros “Observando el Cielo” y Observando el Cielo I” de David Levi, quien, –supe después- le realizó una entrevista a Diego para su programa radial de EE.UU. De todas maneras de algo me enteré, porque, me trajeron el diario “Aysén” en el que publicaron una entrevista de este niño alameño.

Finalmente compartir algo que por primera vez hago…esta apología que dice: … “


En su humildad y pureza,
Callados esperan su condena,
Sus heridas no sanaran,
Y su huella será eterna.

Muchos senderos han recorrido,
muchos tropiezos, le han acompañado,
han sido maltratados y..
cruelmente mutilados.

Suaves, obedientes y sumisos
a veces desnudos, otras cubiertos,
aparentemente protegidos,
mas… dudosamente cuidados.

Cada día me acompañan,
sin pedir, se someten,
cual seres subordinados,
cual quimeras de mendigos.

El fin, los alcanzará,
y no conoceremos su valor.
Mi alma está opacada,
Porque, no se escucha su clamor.

La nobleza que privilegian,
No la conocen los hombres.
Más, el poder que éstos gozan,
No lo poseerían, con su ausencia.

Solos ellos, conocen la verdad,
Sostenidos en la grandeza de la tierra,
Pues, viven en ella,
Cercados por la Eternidad…”

Espero guste esta… “Oda a nuestros Pies”
Autor : Patricia Carrillo Matamala.