Friday, July 18, 2014

Chaiten- 2008 y 27F- 2010



                        El 2008, el volcán Chaitén erupcionó fuertemente. Los sureños de la octava región,  nos enteramos a través de la televisión que mostraba  imágenes espectaculares. Increíble cómo la naturaleza  tiene actividades  imposible de imaginar...  un  hermoso paisaje.
                        Lamentábamos la tragedia de quienes vivieron en carne propia y  tuvieron que dejarlo todo. Y yo, a la vez lamentaba ver  como el río  se llevaba una infinidad de piedras pequeñas y redonditas que se fueron formando al caer la lava y hacer contacto con el agua. Sentí envidia de los que viven allá... que maravilla resultaba después  que la humareda cubría la atmósfera, creando distintos tamaños de cenizas solidificadas moviéndose lentamente  sobre el río  quedando atrapadas a la deriva… cuanto de eso, es apreciado por muchos y que solo vimos por televisión.
                        En el 2010  me tocó   vivir por primera vez en mi vida, algo espectacular en términos de movimientos telúricos, me refiero al terremoto del 27 de febrero. Y a raíz de lo mismo, un día despues de 2 años, un grupo de compañeros  de oficina, decidieron ir a una zona cercana a fin de visitar uno de los lugares que sufrió un notorio cambio  físico,  en la playa de Morhuilla,  de la comuna de Lebu , en que el fondo marino subió alrededor de 2 metros  o mas y donde  quedaron a la vista grandes rocas que antes no se conocían. 
                        De pronto observé  unos puntos  que brillaban en la arena mojada.
Y mientras el grupo se dirigía a la orilla del mar,  me fui a ver qué eran tantos puntos de similar tamaño y comencé a tomar una y otra y otras más, hasta llenar mis bolsillos. Estaba tan contenta, porque era tal la seguridad de que lo que quieres llega a ti, que pensé… tanto fue mi deseo por tener aquellas piedras, que éstas llegaron a mí. No hice nada por encontrarlas, pero lo repito… ellas llegaron a mí . Nadie mas  vio ni tomó en cuenta, esas piedrecitas pequeñas livianas y porosas, que después de 4 años fueron  entregadas por el mar  a las playas  del norte -en relación a  Chaitén-, eso quiere decir que viajaron a través de la corriente de Humboldt. Supongo eso porque aun estaban encima, porque si fueran anteriores, obviamente estarían muy por debajo de la superficie pues la arena las hubiera tapado hace mucho rato, y no tenemos volcanes cerca. Pues los de Temuco, no quedan  en las cercanías del océano.
                        Cuando llegue de vuelta al bus, les mostré la bolsita de piedritas que había recolectado diciéndoles entera y con plena seguridad…  “…miren… piedras del volcán Chaitén….”   y entonces sorprendidos se agolparon a mi alrededor  y sin dudarlo exclamaron… ¡del volcán Chaitén!  
                     Bueno, con eso concluyo que,  cuando menos se  espera, la ocasión llega a ti y  aunque sea increíble, tuve en mis manos piedras volcánicas… y apenas las tomé se me vino a la mente aquellas piedritas que una tarde vi por televisión y me dije… ¡son del volcán Chaitén!... y con eso me quedé.