Taller del Herreria
Erundina López Cartes, es la protagonista de esta historia. Sí porque ella acostumbra a amenizarnos con
diversas historias, ya sea a una once, almuerzo
o simplemente compartir una tarde en casa, la que está emplazada, en el punto
justo donde existió la “Fragua de Los Álamos” .
Por muchos años
funcionó allí una gran fragua, realizando todos los arreglos que se necesitaban
en un pueblo netamente campesino, lejano de las grandes ciudades, sin adelantos,
pero que fueron sustituidos por ésta fragua que contaba con todos los elementos necesarios,
o mas aún, considerando
que en esos años, habían carretas por doquier, cosa que
actualmente se ven esporádicamente y también era fabrica de cocinas, estufas, herraduras y todo tipo de herramientas, de las cuales aún quedan algunas, a pesar del desmantelamiento sufrido.
Erundina, -Tía Eru-, cada vez que se acuerda, nos cuenta
parte de sus hitorias y en una de ellas nos dice que en una oportunidad había una reunión de camaradería
en la parroquia y, “que por ahí, una señora
le habría dicho al grupo el siguiente comentario: …” ¿Saben dónde se come bien?…en
la casa de don “Licho”, que era como le
decían a don Indalicio López S, padre de Erundina, dueño de la gran “Fragua de Los Álamos” y padre de 7 hijos, uno de los
cuales José Antonio,-Tío Chelo” siguió
los pasos de su padre, profesionalmente claro, y se graduó de ingeniero Quimico y metalúrgico en la Universidad de Concepción, Isidoro -tío Lolo- que trabajó muchos años con la familia Eyheramendy, hizo lo mismo, solo que, en la Universidad del oficio junto a Juan que estuvo a cargo de la fragua después del fallecimiento de su padre -Indalicio López S-.Su hermano Víctor vivió y trabajo en el mineral de Pilpilco, por lo que poco estuvo en la fragua.
A Erundina, su padre la mandaba a comprar los fierros y materiales necesarios para la fragua a
Concepción. Y hoy, “Tía Eru” comenta extrañada; “…¡Y a mi me mandaba mi papá!…
por qué no mandaba al Moisés que era el mayor de todos?… mire que mandarme a mí!..., se
extraña cada vez mas, haber sido ella, la encargada de los fierros,en esos años le significaba ir a Concepción durante tres días. Debe haber
sido por esa vena de relacionadora pública, o tal vez por lo chacotera, pues
cuenta que los vendedores se peleaban por atenderla, llegaban a tropezar corriendo…y
por ahí uno de ellos cayó una vez…y muy
atentos la saludaban con un … “Srta. Erundina cómo está ¡…” -cuenta con mucha
gracia.... seria por que llevaba mucha plata para las compras.-
Bueno
y el relato de tía Erundina continua… “Donde se come bien… en la casa de “don
Licho”… se pone una panerada de este porte
-señala poniendo su mano sobre la
panera, el doble de su alto- … después, un plato de cazuela, el segundo plato de porotos rebosando con color y su buena ensalada, y el infaltable ají…y
el pebre. Y en la cena…todas las noches asado y el pan calentito recién salido
del horno… hecho por mi mama… eso era de
todos los días”… -continúa Erundina, quien dice además-, que ella molesta por contar intimidades de su casa, le
habría llamado la atención a la señora preguntándole : ¿ Y, cómo sabe usted esas cosas?… y la señora
responde … ”la mujer del moro me cuenta”… ella sabe de quien habla.
“Tía Eru”, dice; ... tenía que ser así, porque los maestros cumplían labores pesadas y debían
ser bien alimentados. Mientras que los
hombrotes realizaban la dura tareas del machacado del fierro candente, con el
combo dándole al fierro rojo.
El "combo" herramienta fundamental demandaba gran esfuerzo, así como también todas los trabajos que realizaban, por eso, las faenas las realizaban hombres fuertes y debian ser bien alimentados -cuenta Erundina- También recuerda que los inicios de la fragua de su padre fue en la esquina de las calles Libertad con Luis Saez Mora (antes calle 14 de julio) quedaba frente a la antigua bodega del ferrocarril y a mediados de los años cuarenta se traslado al lugar donde ahora vive.
Algunos de sus sobrinos Rolando -hijo de Irma su única hermana- y Roberto -hijo de Mirna , han vivido toda la vida juntos y han cuidado de Erundina con mucho afecto y cariño,
El 21 de junio recién pasado, cumplió los increíbles 100 años.
El "combo" herramienta fundamental demandaba gran esfuerzo, así como también todas los trabajos que realizaban, por eso, las faenas las realizaban hombres fuertes y debian ser bien alimentados -cuenta Erundina- También recuerda que los inicios de la fragua de su padre fue en la esquina de las calles Libertad con Luis Saez Mora (antes calle 14 de julio) quedaba frente a la antigua bodega del ferrocarril y a mediados de los años cuarenta se traslado al lugar donde ahora vive.
Algunos de sus sobrinos Rolando -hijo de Irma su única hermana- y Roberto -hijo de Mirna , han vivido toda la vida juntos y han cuidado de Erundina con mucho afecto y cariño,
El 21 de junio recién pasado, cumplió los increíbles 100 años.
La celebración a nivel de familia, se realizará el 18 de
julio de 2015, fecha tradicional que ha
sido mantenida por la familia desde hace
años.
Erundina López Cartes tiene tantas anécdotas como sus años y
para contarlas necesitaríamos demasiadas
hojas.
Por hoy, compartir
uno de ellos puede ser suficiente.
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