Wednesday, September 12, 2007

PINTURAS DE ELENA MATAMALA


Llegó a Los Alamos el año 1963, desde Iquique, por lo que no le tocó vivir el famoso terremoto del 60, y por supuesto nosotros, sus hijos, felizmente tampoco lo vivimos.
Los orígenes de ella, están en la ciudad de Lebu, hermosa ciudad, con mucha historia que contar y aún existen bellas construcciones de los años dorados del carbón, que le dio a Lebu un auge impresionante.
Recuerda que una de sus compañeras eran Silvia Chacon, Eulalia Pinto, Zunilda Neira, Laya y Manira Farran, entre otras.
Formó parte del seleccionado femenino de básquetbol, pero los recuerdos que más atesora, es haber formado parte del coro de la Iglesia, y recordar las palabras del querido padre español Ramón Puntí Puyol diciendo ……Aaaah Magdalena… (así la llamaba)… ¡que hermosa voz!. Cuenta con alegre añoranza… la primera vez que el padre la escuchó…. Dice:… “desde el altar miró hacia atrás para ver la dueña de esa voz que tanto le había impresionado… desde aquel día “Magdalena", tenía que estar haciendo los solos del Coro que formaba el grupo “ Las Hijas de María”.

Bueno, decía que Elena vivió una época muy hermosa, pues con su participación en aquellas veladas, en las que dejó plasmado año a año su creatividad en los fabulosos tronos para la reina de la temporada estival
Han sido muchas sus creaciones, una de las que recuerdo, fue en el año 1982, cuyo trono tenía la apariencia de columnas de arte chino, las que medían dos metros con figuras recortadas, pegadas e iluminadas por dentro, tanto llamó la atención de los que asistieron a ese show, que fue pedido por la alcaldesa de Contulmo para utilizarlo en su comuna al año siguiente. Por esto y más, Los Alamos se hizo famoso en aquellos tiempos, por sus coloridas fiestas de verano.
Hoy, su mano creativa no ha parado, sigue creando, pero ya no en los escenarios, porque actualmente las cosas las hacen fáciles… así no más y se acabó. Pero ella no pude dejar de crear, por lo tanto, volcó su innato deseo, en los atriles, las telas, pinceles, óleos, lápices. Cuando uno llega a su casa… lo primero que se percibe, es ese olor característico del pintor, y lo principal, es que son sus creaciones, no existe para ella la posibilidad de copiar, nunca lo ha hecho, son verdaderos desafíos, cada vez que consigue una creación sencilla pero con sentimientos.
Algunas telas de mi madre.

Patricia Carrillo Matamala