Wednesday, June 11, 2014

Fiesta de San Sebastian

            Conversando  con mi hermano, respecto de la intervención divina en los caminos y/o destinos que  a cada uno de nosotros le toca vivir, de las cosas que suceden y que no le encontramos explicación,  de cómo y por qué que suceden,  ¿existe ese ser supremo que aseveramos con tanta seguridad?. Por qué creemos o tenemos fe en ese algo que no podemos definir, o decir con certeza que si existe.
            En ese contexto, puedo decir que para mí sí existe, porque han habido muchos  hechos que han sucedido sin mayor explicación, y no hay mas que aceptar que están hechos desde otra dimensión,  que no es la misma en que estamos todos.  Y hablando de dimensión, -creo de acuerdo a mi pensamiento-, que si  estamos hechos a su imagen y  semejanza, entonces querría decir que Dios no tiene edad… o… ¿alguien diría que es así o asá?…porque si somos a su imagen… entonces  sería,  embrión, guagua, niño, joven, adolescente, adulto, anciano  etc. Es así como se entiende lo de la semejanza. 
            A veces, nos preguntamos,  por qué suceden tantas cosas inexplicables a  nuestros ojos, pensamiento y sentimientos. Cosa que no lograremos entender nunca  porque somos seres limitados. En esta conversación  le decía a mi hermano,  dónde se presenta esta divinidad…
-creo yo-  y es en las cosas  simples. Simples  para  muchos, pero  que grandiosas para, los que nos dirigimos a  El,  ya sea pidiendo, agradeciendo y rogando en la mayoría de las veces cuando estamos desesperados.     Cuando vemos que ya nada es  posible… nos dirigimos a él con el corazón sumido en la súplica y  no importa ponerse de rodillas donde sea, sin mirar alrededor, ahí no conocemos la vergüenza, porque en la desesperación nada terrenal importa, solo El, al que no vemos, al que no escuchamos,  al que no tocamos, pero si al que sentimos, al que nos da la sensación de estar ahí. Esa presencia que llena cada rincón vacío,  que nos rodea, nos escucha, nos acompaña cada día y nos atrapa. Es la respuesta a esa llamada desesperada que nadie es capaz de resolver, es la sensación de aliento llena de esperanza y en la sabiduría que así será, es que nos dirigimos a El.
            Y cuando  nos ponemos a desmenuzar todo y cada uno de los detalles  con lupa, lo que leímos en distintos artículos, por supuesto que nos van a surgir un sinfín de dudas. Pero… y quien da respuesta a esas cosas inexplicables que suceden? por ejemplo, cuando una persona está desesperada porque su hijo(a) está enfermo(a)… hace una  ferviente petición de … ¡sálvamela por favor… te lo suplico¡.. ¿a quien está dirigido esa petición?.... se la harías a una persona, como por ejemplo a tu mejor amigo?,   a tu padre o a tu madre o a tu hermana y hermano?... no verdad?    porque sabes que no te serviría de nada, no sentirías nada, o mejor dicho, sentirías vergüenza de hacer algo tonto.   Ahí, en ese  momento, nace la respuesta que tanto se busca, porque si no fuera así, no sentirías la necesidad de pedirle a Dios,  en tu desesperación.
            En  conclusión, sentimos su presencia  creemos y queremos  que esté  entre nosotros cada día de nuestras vidas. Aquel que dice no creer y no estar ni ahí… bueno,  es su pensamiento y decisión y por algo será… pero, en algún momento de su existencia acudió o acudirá a las súplicas a ese Ser,  al cual no acepta  y muchas veces reniega.
            Conozco a una persona de avanzada edad, que le molesta que  se diga… “si Dios quiere”… costumbre de muchos y deseos sinceros también.    Ese caballero, al que le molestan las palabras cargadas de tinte religioso,  y que no cree en santos… cada año, para el 20 de enero, viaja sagradamente a la fiesta religiosa de San Sebastian   ¿…?         ¿ Entonces…  que es eso?.  Según  dice que  su madre siempre iba  a esa fiesta religiosa y que él le prometió que seguiría con  esa tradición. ¿Que hace un hombre sin Fe, tras los rituales religiosos? … la respuesta seguro ya la tienes.
           
            Las creencias no son transferibles, pero si se pueden  cultivar poco a poco, y como persona de fe, estoy  segura que eso se logra sólo con dedicación. Sin embargo,  creo que podemos tranquilamente guiarnos por el sentimiento.  Y si queremos… Sí existe alguien Superior al que debemos respeto como al padre terrenal. Tal vez, todo está allí, y probablemente no haya nada más sabio que el sentimiento, porque la razón no siempre es razonable.





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