![]() |
Dichato 27 febrero 2010 |
Recordar esta fecha es
inevitable, porque forma parte de
nuestras vidas y no lo podemos olvidar aunque quisiéramos.
Una
de las cosas que nos quedaron guardadas en la retina, es que en casa teníamos
dos relojes de pared y ambos quedaron detenidos en la hora exacta en que
ocurrió la parte más violenta del movimiento.
Aquella noche se estaba desarrollando el festival de Viña
del Mar y en plena función del cantante Arjona comienza este gran terremoto,
cosa que jamás había vivido. Nuestros dos hijos estaban frente a sus
respectivos computadores en plena actividad, tan frescos como si hubiese sido las
tres de la tarde. Las consecuencias de aquel terremoto grado 8.8, no ocasionó
grandes desastres en Los Álamos. Para la magnitud del movimiento, este
pueblo no fue maltratado por la naturaleza. Sabemos que todos los hogares
sufrieron destrozos al interior y al exterior, como fue nuestro caso, pero,
nada comparable con lo que sucedió en ciudades vecinas como Lebu o la comuna de
Tirúa y Arauco, que son comunas de
la provincia de Arauco que tienen bordes costeros. Los Alamos también los
tiene pero en zonas rurales.
Los
destrozos vinieron después y fueron provocados por las personas. Nuestra sabia
naturaleza, nos recuerda que somos parte de ella y que por ella estamos vivos. Las
personas en cambio olvidan inmediatamente que nada somos, que hay que
querer y respetar todo lo que hay a nuestro alrededor porque de ello dependemos.
En Los
Álamos, el terremoto lo ocasionaron las personas, aquellas que saquearon
dañaron y quemaron supermercados. Aquellos faltos de amor a sí
mismos. En esas acciones denotan la falta de respeto hacia ellos mismos,
que al parecer es algo que no conocen.
Esa
fue la causa del daño ocurrido en Los Alamos. Un daño social, moral y
psíquico... que son irreparables.
Hoy,
27 de Febrero de 2020, una gran cantidad de personas en Chile, se han convertido en seres irracionales,
destruyendo mucho más que aquel terremoto. Diez años más tarde, están mostrando actitudes nunca antes vistas y
con ello se han convertido en violentos terremotos humanos, que destruyen más que un Tsunami... ¡Que lamentable¡¡