Sunday, January 15, 2017

Emilio, El Granjero

Los granjeros, también están en Los Álamos. Emilio, un granjero que también posee banco aserradero con enormes troncos que antes fueron árboles y que generosamente dotan al hombre para que construya,  lo que  quiera.
Desde una cerca, hasta un palacio… qué nobleza de la naturaleza verdad?. Pero no solo eso tiene Emilio. Como todo granjero,  no puede estar falto de lo que una granja debe tener …¡Animales!... los que  además, dejan un suculento billete, por el cual el granjero se esmera día a  día.
                Hasta ahí… todo bien. Lo malo está cuando los animales están fuera de su sitio o dicho mejor... sueltos. Y... si este es un ¡Toro… uuf… mucho peor!.



Gran susto tuvimos… o tuve, esta tarde cuando luego de abrir los portones de fierro para ingresar a la granja de Emilio, a unos tantos metros, nos encontramos con  un grupo de animales grandes y menores. No le dimos mucha importancia, pasamos por el lado, seguimos hacia la granja… el dueño no estaba a la vista y esperamos  un rato. Luego  aparece un gran animal corriendo, dos perros a su lado ladrando…  era un... ¡Toro!,.. se acercaba bramando y se ubicó cercano al depósito de agua. Desde allí nos miraba y siguió bramando, luego se acercó a un lado y comenzó a raspar la tierra  levantando polvareda a su alrededor. Yo asustada le hablaba  a mi compañero de aventuras para que  arrancara el auto… pero, en cambio él esperaba a que…. Que esperaría? … ¡ por qué no partes¡ … le decía asustada… ¡Ni fotos, le pude tomar de puro susto…!.
Bueno al final nos fuimos…y entramos al bosque donde unos hombres talaban arboles.  De pronto… el toro  ahí… nuevamente a nuestro lado  a unos cuantos metros… parecía una broma de pésimo gusto… no podía creer que se había metido al bosque… que hacía allí?... tal vez creía que el auto blanco era su compañera.
Al cabo de un rato llegó Emilio… cuando le contamos lo sucedido, una carcajada de buenas ganas fue la que se escuchó,  luego dijo… “ No…  no carga… es tranquilo…” .
  Pero eso… aunque lo supiéramos, es atemorizante. Un toro bramando y raspando el suelo levantando  polvo  y  tú,  a metros de él… ¡ No se lo recomiendo,  ni a mi enemigo!.
Finalmente, al regresar, el toro volvió a incomodarnos y  aunque Ud, no lo crea... se atravesó en el camino para no dejarnos salir... pude tomar  solo estas fotos






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